5.4.14

PRIMER TRANSPLANTE DE AMBOS BRAZOS EN MADRID (CORTESÍA 20 MINUTOS)

Alberto (nombre ficticio) espera con ansia el momento en el que pueda abrazar a su mujer. No lo hace desde hace más de un año y medio, cuando un accidente laboral con una instalación eléctrica obligó a amputarle las dos extremidades por encima del codo. Entonces, los profesionales del Hospital La Paz le salvaron la vida. Tras meses de estudios, le propusieron un reto: recuperar sus apéndices mediante un doble trasplante. Imágenes 1 Foto Este jueves, aún inmovilizado, sin el alta médica y con una larga recuperación por delante, Alberto mostró en público los resultados: "Estoy loco de contento de llegar hasta donde hemos llegado. Me encuentro como si acabase de tener el accidente y me hubiese recuperado". La suya es la primera intervención de este tipo que se realiza en la Comunidad de Madrid, la segunda en España y la quinta en el mundo. Aún está considerada como experimental, pero los resultados, según el equipo que le trata, no pueden ser mejores. "Son excelentes. Las cicatrices están madurando. Esperamos que en un plazo de entre 3 y 6 meses pueda flexionar y extender los codos, que a los 8 o 13 meses recupere la movilidad y que tenga la sensibilidad en las manos dentro de un año, aunque irá notando el tacto poco a poco. El objetivo es que pueda vestirse, asearse y comer por sí mismo", detalló el doctor Luis Landín, especialista y coordinador del grupo. Doce horas de operación El camino emprendido por el Servicio de Cirugía Plástica, Reparadora y de Grandes Quemados de la Paz, que lidera el doctor César Casado, arrancó cuando Alberto perdió los brazos. "Sufrió quemaduras eléctricas con daños en los brazos el torso y las piernas. Fue un desastre. Cuando se recuperó y volvió a casa, se dio cuenta de que era totalmente dependiente para hacer su vida diaria. Entonces, le dimos varias opciones", resumió Landín. Con ayuda de los doctores, Alberto descartó las prótesis, poco funcionales e inútiles para el tipo de lesión que había sufrido. Su mejor opción era un trasplante de tejidos compuestos, es decir, contar con unos nuevos brazos que se conectarían por completo a su cuerpo a través del hueso, los músculos, los vasos sanguíneos, los nervios y la piel. En ese momento, surgieron las dudas: "Tenía miedo a lo que iba a venir, a lo que iba a recuperar y a lo que no, pero fui a por ello desde el principio". Las pruebas duraron más de un año, plazo durante el cual, recibió la preparación psicológica necesaria para asumir no solo los riesgos de la operación y las consecuencias de un eventual rechazo, sino que iba a contar con las extremidades de un extraño. Por sus características, la operación tuvo que ser aprobada por la Organización Nacional de Trasplantes, el Comité de Ética y el Consejo Interterritorial. El procedimiento tuvo lugar hace pocas semanas. A lo largo de 12 horas, más de 20 profesionales entre cirujanos, anestesistas, enfermeros y auxiliares trabajaron para reabrir y preparar los muñones de Alberto, cincelar los nuevos apéndices y ensamblar los tejidos. Los doctores Casado y Landín admiten "nada" en el procedimiento fue fácil. "No sé cómo dar las gracias" Nada habría sido posible si la familia del donante, un hombre fallecido en el centro horas antes, no hubiera dado su consentimiento. "No sé cómo darles las gracias. Tenemos que seguir para que se repita más veces y para que haya personas que ayuden a los que lo necesitan", agradeció Alberto este jueves. Su recuperación aún será larga. El trasplante implica una fuerte medicación inmunosupresora para prevenir el rechazo, aunque los especialistas no descartan que llegue a producirse. Además, eso le expondrá más a otras enfermedades. "Se medicará durante toda su vida", admite el doctor Casado. "Sin embargo, incluso en pacientes que han tenido episodios fuertes prefieren tomar dosis de fármacos mayores antes que perder sus brazos", añade el doctor Landín. Alberto, lo confirma: "Los doctores me han apoyado mucho. Vamos a por ello".

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