24.2.14

LOS MUSCULOS (CORTESIA DEL BLOG DE LA MULA FRANCIS)

Los músculos humanos son un prodigio de la Naturaleza, capaces de contraerse y expandirse en poco tiempo, tienen una gran resistencia. ¿Pueden tener los robots músculos artificiales en lugar de articulaciones rígidas? Los expertos en robótica llevan mucho tiempo tratando de diseñar músculos artificiales para los robots y para prótesis ortopédicas. Los más usados en la actualidad son los músculos neumáticos. Un músculo neumático es un actuador de tracción que usa un cilindro con aire comprimido y un servomecanismo con un regulador de presión. Son ligeros, pueden desarrollar grandes fuerzas y su coste es bajo. Sin embargo, presentan grandes errores de alineación al trabajar a gran velocidad, por lo que su uso se limita a aplicaciones donde se puede trabajar a baja velocidad.
Los músculos humanos están hechos de fibras elásticas que se contraen y se expanden. ¿Por qué no se fabrican músculos biomiméticos que imiten a los nuestros? Se han propuesto varios diseños de músculos artificiales basados en unos materiales llamados elastómeros, que, igual que las fibras de nuestros músculos, son capaces de estirarse cuando son sometidos a una fuerza o a una corriente eléctrica, y luego pueden regresar a su tamaño original. Gracias a la nanotecnología se han fabricado estructuras formadas por miles de fibras nanométricas trenzadas entre sí que son capaces de expandirse y contraerse cuando se aplica un cambio en el voltaje. Destaca el trabajo del estadounidense Ray H. Baughman, de la Universidad de Texas, que lleva años trabajando en el uso de nanotubos de carbono para fabricar músculos artificiales. Su grupo ha publicado en la revista Science varios artículos desde el año 2009. En teoría los músculos de nanotubos de carbono son muy ligeros, más resistentes que el acero, pueden funcionar con una amplia franja de temperaturas (desde 200 grados Celsius bajo cero hasta 1500 Celsius) y son hasta un 220% más rápidos que los músculos humanos. Sin embargo, los nanotubos de carbono son una tecnología muy costosa y aún falta mucho tiempo para que lleguen al mercado este tipo de músculos artificiales.

Recomiendo los artículos técnicos de Ali E. Aliev et al., “Giant-Stroke, Superelastic Carbon Nanotube Aerogel Muscles,” Science 323: 1575-1578, 20 Mar 2009 [GScholar]; Javad Foroughi et al., “Torsional Carbon Nanotube Artificial Muscles,” Science 334: 494-497, 28 Oct 2011 [GScholar]; y Márcio D. Lima et al., “Electrically, Chemically, and Photonically Powered Torsional and Tensile Actuation of Hybrid Carbon Nanotube Yarn Muscles,” Science 338: 928-932, 16 Nov 2012 [GScholar]. En español puedes leer a Francis, “Músculos de torsión artificiales basados en fibras hiladas con nanotubos de carbono,” LCMF 13 Oct 2011.

EL BLOG DE UN CRACK DE LA MTC

LA PELI DE HAWKING CONTADA POR EL MISMO

7.2.14

EPIGENETICA

"La epigenética ha cambiado nuestra visión del cuerpo humano"
Manel Esteller es reconocido como uno de los pioneros y líderes mundiales en epigenética, sus trabajos han sido citados por otros investigadores 24.473 veces en quince años | "La genética clásica no basta para comprender enfermedades complejas" | "Antes teníamos una visión determinista de la biología, ahora la visión es más plástica"

Manel Esteller
Sant Boi de Llobregat, 1968
- Investigador Icrea en el Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell) y profesor de genética en la UB 
- Licenciado en Medicina por la UB, hizo el doctorado en genética molecular en el hospital Vall d’Hebron

- Fue investigador postdoctoral en la Universidad de St Andrews (Escocia, 1995-1997) y en la Johns Hopkins de Baltimore (EE.UU., 1997-2001)

- Trabajó en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid del 2001 al 2007, antes de regresar a Catalunya en el 2008
MÁS INFORMACIÓN

Manel Esteller es, de todos los científicos que trabajan en España, el más citado en la literatura científica. Reconocido como uno de los pioneros y líderes mundiales en epigenética, sus trabajos han sido citados por otros investigadores 24.473 veces en quince años. Las distintas investigaciones que presentó en el 2013 abarcan desde la base genética de la edad del pavo hasta la resistencia de los tumores a la quimioterapia. Entre ellas destaca el descubrimiento de que las diferencias entre poblaciones humanas procedentes de distintas áreas geográficas no son sólo genéticas sino también epigenéticas. Estas diferencias explican por qué el riesgo de sufrir ciertas enfermedades varía según el origen de cada persona.

¿Qué es la epigenética?
Es todo aquello que influye en cómo se regulan los genes. Es lo que explica, por ejemplo, por qué los genes que están activos en una célula de nuestro hígado son distintos de los que están activos en nuestras neuronas, aunque los dos tipos de célula tienen el mismo genoma. Y también lo que explica que personas con un mismo genoma, como los gemelos, se desarrollen de manera diferente y sufran enfermedades distintas a edades distintas.

¿Cómo funciona?
Imagine que el ADN es como un cuerpo desnudo. La epigenética equivale al vestido que le ponemos encima. Epi significa precisamente sobre: es lo que está sobre la genética. Del mismo modo que hay distintos tipos de prendas de vestir, y que nos podemos poner una camisa, un abrigo o un sombrero, también hay distintos tipos de regulación epigenética. De ellos depende que un gen esté más o menos activo en una célula. Y, por lo tanto, de la epigenética depende que los genes funcionen correctamente o que causen enfermedades.

¿Qué le llevó a esta línea de investigación?
Empecé trabajando en genética del cáncer. Me intrigó que hubiera genes importantes en los tumores que no tenían mutaciones. ¿Cómo era posible que las células tumorales se aprovecharan de estos genes para proliferar si no estaban mutados? Llegué a la epigenética buscando la respuesta a preguntas que la genética clásica no podía explicar.

¿La epigenética ha cambiado su visión de la biología?
Antes teníamos una visión más determinista de la biología. Pensábamos que nuestros genes condicionaban de manera irreversible lo que seríamos. Ahora la visión es más plástica. Los genes nos dan una tendencia a ser de cierta manera, pero esta tendencia puede ser modulada por lo que hacemos. Ha cambiado nuestra visión del cuerpo humano.

¿Por eso las investigaciones que buscaban en el genoma las causas de enfermedades complejas no las han encontrado?
Toda enfermedad tiene un componente genético y uno epigenético. Ocurre con el cáncer, con el alzheimer, con las cardiovasculares... Por esta razón la genética clásica no basta para comprender enfermedades complejas. Tenemos que combinar los dos tipos de conocimiento para mejorar la prevención, los diagnósticos y los tratamientos.

¿Se haría usted un análisis del genoma como el que ofrecen algunas compañías para saber qué enfermedades tiene riesgo de sufrir en el futuro?
Hay casos en que el análisis del genoma o de algunos genes concretos, asesorado por un especialista en consejo genético, está justificado. Por ejemplo, en familias afectadas por enfermedades hereditarias graves. Pero para el conjunto de la población, a día de hoy, tiene poco sentido un análisis de todo el genoma.

En la investigación finalista del premio Vanguardia de la Ciencia ha encontrado diferencias epigenéticas entre poblaciones. ¿Por qué las buscó?
Sabíamos que hay diferencias en la susceptibilidad a ciertas enfermedades entre poblaciones. También hay diferencias en la toxicidad de algunos fármacos. Las razones de estas diferencias sólo se habían buscado en la genética. Pensé que también debía haber un componente epigenético.

Pero la epigenética está regulada por factores ambientales. ¿Cómo puede transmitirse de generación en generación el efecto de un factor ambiental?
A través de los óvulos y los espermatozoides, porque su ADN también está regulado epigenéticamente. La epigenética diluye la frontera clásica entre factores genéticos y factores ambientales. Están interrelacionados.

¿Significa eso que el tabaquismo de los padres puede afectar a la futura salud de los hijos?
Exactamente. Tanto del padre como de la madre. El tabaquismo, el tipo de dieta, el consumo de tóxicos... Todo esto podría dejar su impronta en las células germinales y afectar a las generaciones siguientes.

¿Las diferencias epigenéticas entre poblaciones pueden interpretarse como una prueba de que las razas existen?
Sería una interpretación errónea.

¿Por qué?
Porque hay más variedad genética y epigenética dentro de cada población que entre poblaciones distintas. Ha habido tanta mezcla de ADN en la historia de la humanidad que no se puede establecer una separación entre razas sin que sea una separación arbitraria.

2.2.14

SANGRE

(cortesia de QUO) A cinco mil metros de altura, Pablo se arrepiente. No quiere saltar en paracaídas. Su gemelo, Carlos, al borde de la puerta de la avioneta, con una sonrisa en el rostro le intenta convencer, pero no hay caso... y en un segundo desaparece de la vista de Pablo y se convierte en una mota flotando en el cielo. Estos dos gemelos monocigóticos (es decir, idénticos) no podrían ser más diferentes. Pablo es conservador, tranquilo y poco dado a la espontaneidad. En cambio, Carlos nunca piensa las cosas dos veces; es pura adrenalina.
Lo extraño es que no conozco a ninguno de los dos. Ni siquiera a sus padres. He reconocido elcarácter arriesgado de Carlos gracias a una gota de sangre. Bueno, la verdad es que no lo he hecho yo, sino Darlene Floden, del Laboratorio de Epigenética Familiar de Toronto, Canadá.
Comparando el ADN de gemelos monocigóticos que se criaron separados, Floden ha descubiertoque los hermanos más propensos a asumir riesgos exhiben diferencias en el gen DLX1, relacionado con nuestra respuesta al estrés y la capacidad de asumir riesgos. Pero hay mucho más. Como si de un libro se tratara, tu índice (un pinchazo en él) revela casi toda tu historia, incluida la más antigua.
¿Fuiste un bebé querido? Un estudio de la Universidad McGill ha descubierto que los ratones que son lamidos y cuidados por sus madres generan a lo largo de su vida más cantidad de una proteína, llamada GR, que actúa como tranquilizante, mientras que aquellos roedores ignorados por sus progenitores presentan rasgos de mayor ansiedad.
Pero no son los únicos índices que una gota de tu sangre proclama al resto del mundo. Allí residen también las hormonas que señalan tu sexo, los genes que revelan tu color de pielde pelohasta de ojos, y las proteínas y enzimas que difunden tu edad aproximada a los cuatro vientos. Parece no haber escapatoria de la sangre... ni siquiera en tu oficina.
Llevas un currículum en la sangre
¿Trabajas en turnos o tienes horarios fijos? Valentina Bollati, de la Universidad de Milán, comparó muestras de sangre de unos 200 empleados de plantas químicas y descubrió que aquellos que tenían turnos de ocho horas alternas presentaban un patrón genético diferente de los que llevaban un horario fijo... Claro, que este estudio no reflejaba quién ganaba más dinero. Porque, por increíble que parezca, basta un poco de zumo de leucocitos y plaquetas para determinar si eres rico o pobre.
Así lo afirma un trabajo realizado por Ana Diez-Roux, de la Universidad de Michigan, quien solicitó a más de 1.000 voluntarios que señalaran si poseían coches, casas, acciones u otros bienes. ¿El resultado? Los más potentados también se diferencian del resto en sus genes.
¿Cómo es posible detectar todo esto en una muestra de sangre? Para comprenderlo me comunico con la doctora Concha Vidales, directora del centro DNAData, especializado en análisis de ADN. Según ella: “La naturaleza utiliza varios mecanismos que considera interesantes (no quiere decir buenos o malos, solo interesantes) para fijarlos en nuestro ADN. Nuestras experiencias vitales dejan trazas en el genoma de lo que hemos vivido, y estamos comenzando a identificar esas trazas y relacionarlas con ciertas conductas”.
Sexo, edad, color de piel... Cada latido de tu corazón envía a los expertos un retrato de tu cuerpo y de tu personalidad
Debido a que no todas las personas tenemos estas mismas alteraciones, comparando las costumbres de quienes tienen una mutación en determinado gen se deduce que quienes también las tengan habrán vivido situaciones similares.
Por ejemplo: quienes han sufrido una experiencia traumática y padecen de estrés tienen alteraciones muy características en la expresión de ciertos genes. Así lo ha descubierto Elisabeth Binder, del Instituto Max Planck de Psiquiatría. Binder analizó el perfil genético de más de 2.000 voluntarios y detectó que la hormona glucocorticoide aparece en aquellos que han sufrido un pasado convulso.
La enorme cantidad de datos que se pueden conocer acerca de nuestra personalidad, nuestro pasado y la influencia de padres y abuelos puede despertar cierto escepticismo: ¿son tan fiables estos estudios? Le hago esta misma pregunta a la doctora Carmen Entrala, directora deLaboratorios Lorgen, pioneros en análisis de trastornos fetales por medio del análisis de la sangre materna. Para ella no hay duda: “En el campo de las enfermedades neurológicas, hoy es posible hacer un diagnóstico genético en muchas de aquellas que tienen una base genética clara. En relación con las enfermedades psiquiátricas, la genética cada vez está desempeñando un papel más importante en el diagnóstico, la predicción y prevención de las enfermedades mentales.”
Huellas indelebles en tu ADN
Queda claro que casi toda nuestra vida se puede leer en este libro escrito con tinta de sangre, pero ¿cómo se escribe? Los acontecimientos que vivimos dejan una huella que altera la expresión de nuestros genes a través de marcadores. Uno de ellos es el grupo metilo o alquilo. Si las instrucciones para la vida, es decir el ADN, es el manual de todos los muebles de IKEA, el grupo alquilo se cuela entre algunas páginas y las traduce al sueco, lo que hace imposible que armemos ese mueble.
Tu epigenoma te delata
La mayoría de estas traducciones ocurren en el vientre materno, o apenas nacemos. Gracias a ellas, nuestras células pulmonares, por ejemplo, no expresan células dérmicas. La mayoría de nosotros tenemos los mismos “errores” de traducción en idénticas páginas; pero al ser tantas hojas, a veces hay disparidades entre las personas. Y estas diferencias genéticas tienen que ver, en parte, con nuestro estilo de vida, nuestro epigenoma.
La Dra. Entralba me lo confirma: “Sabemos que no todas las alteraciones que dan lugar a las enfermedades genéticas radican en cambios en la secuencia del ADN de los genes. Hay mecanismos que se denominan epigenéticos y que regulan la expresión de los genes. La epigenética puede responder a preguntas tales cómo por qué dos gemelos monocigóticos (con el mismo ADN) pueden desarrollar enfermedades distintas.”
Ni la ropa, ni el coche, ni la casa... Lo que de veras puede chivar tu estatus es un pinchazo en el dedo
Tim Spector, profesor de genética epidemiológica del University College de Londres, asegura que “el epigenoma es una fotografía de los eventos más importantes de nuestra vida”. Algo que sabe porque ha ojeado muchos de estos “álbumes de fotos”... incluso los más privados. Spector es capaz de identificar en la sangre proteínas y la alteración en el trabajo de ciertos genes que demuestran si has fumado recientemente o si has dejado el vicio. También puede predecir tu calidad de envejecimiento, tu presión sanguínea en un par de décadas y las posibilidades de que sufras de osteoporosis, estudiando la presencia de 22 metabolitos directamente relacionados con estas condiciones. Estos estudios fueron realizados en gemelos separados al nacer, una de las especialidades de Spector.
Toda nuestra vida está escrita en una gota de sangre y apenas hemos empezado a comprender el lenguaje. Pero ¿es indeleble? Es decir, ¿podemos sobreponernos a experiencias traumáticas y que eso se refleje en nuestro ADN?
Para Tim Spector es una muy buena pregunta: “Hay estudios que demuestran que algunas veces esto es posible, pero dependerá de lo profunda que sea la huella que han dejado en nuestra historia.”
La sangre nos permitirá ver el futuro
El día de mañana, ¿podremos anticiparnos a distintos tipos de cáncer o de enfermedades neurodegenerativas por medio de un análisis de sangre? Francisco Javier Fernández Rosado es responsable analista de Lorgen, un experto que se sumerge en la hemoglobina como otros los hacen en el océano. Es él quien me da la clave de lo que nos espera: “En la actualidad existen tests para el diagnóstico precoz en sangre de cáncer de mama, colon y pulmón, y a nivel de investigación son muchos los grupos de trabajo dedicados a desarrollar pruebas diagnósticas que permitan detectarlo en sus estadios más precoces. Sin duda, aún hay mucho por descubrir, pero lo que si se intuye es un futuro muy prometedor en el diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades genéticas.”
Las aventuras de los padres de nuestros padres y su flirteos con el tabaco y otras hierbas fumables pueden ser la causa de las dificultades respiratorias de algunos niños. Independientemente de si la madre fumó o no. Así lo afirma una investigación reciente publicada en el Expert Review of Obstetrics & Gynecology. Pero nuestros abuelos pudieron haber sido casi igual de influyentes que nuestros padres. Isabelle Mansuy, neurobióloga de la Universidad de Zúrich, realizó un estudio modelo con ratones. A las crías de un día de vida se las separaba de sus madre durante dos semanas y luego se las regresaba al nido. Pese a ser alimentadas y cuidadas con normalidad, las crías crecieron con síntomas de estrés... idénticos a los que presentaron los vástagos que no fueron abandonados.
Para saber si esto también sucedía en humanos, la doctora en Psicología, Yael Danieli está realizando pruebas entre cientos de voluntarios, hijos y nietos de supervivientes del Holocausto. Los resultados pueden demostrar que para la sangre no hay distinción entre futuro y pasado. Solo existe el presente.

La investigación de Danieli se apoya en hallazgos realizados por Rachel Yehuda, neurocientífica del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, quien ha identificado trastornos alimentarios y de ansiedad en nietos de supervivientes del Holocausto. Otra prueba más de que la sangre es el espejo del alma.