En todo el
mundo, los consumidores prestan cada vez mayor atención a las cuestiones que
afectan a su salud, y junto a ello existe un creciente interés por los “alimentos
que influyen en el estado de ánimo”, alimentos que de forma natural elevan el
ánimo.
El sector
de alimentación
internacional envasa ahora estos pequeños “rayos de sol” naturales, solos o
como añadido extra en productos de alimentación que ofrecen un “buen snack para
levantar el ánimo” entre las comidas.
Los neurobiólogos han analizado los vínculos entre lo que comemos y la psicología humana, y han hallado que una combinación de hormonas determina el grado de bienestar de un individuo.
Los neurobiólogos han analizado los vínculos entre lo que comemos y la psicología humana, y han hallado que una combinación de hormonas determina el grado de bienestar de un individuo.
Se ha
demostrado científicamente que la serotonina y las endorfinas son las
sustancias clave que generan sensaciones de felicidad, bienestar y sueño
reparador; y, sobre todo, que actúan como analgésicos naturales.
El cuerpo humano produce serotonina y endorfinas por sí
mismo, pero la producción natural de estas sustancias se ve estimulada por
ciertos nutrientes que se absorben a partir de lo que comemos, en lugar de ser
generados directamente por el cuerpo.
De todo ello lo principal es la proteína triptófano, un
aminoácido que es vital para la producción de serotonina. Entre los alimentos
que incluyen un alto contenido en triptófano se encuentran el queso, la carne magra, el pescado, las legumbres y
las nueces.
Sin embargo, comer gran cantidad de esta selección de
alimentos no basta para hacernos felices. El cerebro solo puede absorber
triptófano cuando se combina con carbohidratos, que son convertidos en azúcar
en el intestino.
Un nivel incrementado de azúcar en sangre estimula la
producción de insulina, y la insulina a su vez hace que las neuronas del
cerebro sean receptivas al triptófano, a partir del cual el cerebro crea la
serotonina, la hormona para sentirse bien.
Cuando nos sentimos frustrados, es nuestro cuerpo el que
impulsa las ganas de tomar como “estimulante” una pizza rica en carbohidratos
o un pastel de
chocolate, para satisfacer su necesidad de despejar el torrente
sanguíneo y hacer que nuestro cerebro sea receptivo a la absorción del triptófano
que crea la serotonina.
En la realidad, a corto plazo, nuestro estado de ánimo lo
puede determinar una comida. A largo plazo, organizar de forma sistemática
nuestra ingesta nutricional es la mejor forma de mantener constante el nivel de
azúcar en sangre, mantenernos de buen humor y no ganar peso en el proceso.
La mejor forma de conseguirlo es seguir una dieta que sea lo
más equilibrada posible: una mezcla variada y colorida de alimentos que
contengan una amplia gama de distintos componentes.
Esto debería permitirnos evitar los picos y caídas de
fluctuaciones en el nivel de azúcar en sangre, y las variaciones anímicas que
causan. Y la palabra “colorida” debería tomarse muy en serio: los colores
específicos de los alimentos tienen un efecto beneficioso sobre nuestra mente;
así, los alimentos naranjas y rojos estimulan, los azules calman, los amarillos
animan, y los verdes ayudan a la concentración.
Si adoptamos una dieta
equilibrada, hay algunos potenciadores naturales de la felicidad que podemos
permitirnos para darle a nuestro estado de ánimo un impulso extra.
Los cuatro “alimentos felices” naturales más efectivos son el
chocolate, los plátanos,
la piña y el chile
o el pimiento.
El placer del chocolate
Con sus cinco acciones diferentes, el chocolate es perfecto
para brindar un pequeño estímulo entre las comidas. El azúcar y la manteca de
cacao hacen que el cuerpo sea receptivo a absorber triptófano, aumentando así
el nivel de serotonina en el cerebro. El contenido de cacao en el chocolate
también proporciona estimulante cafeína. Otro ingrediente en el cóctel de
felicidad del chocolate es la feniletilamina, un derivado de la fermentación de
los granos de cacao, que también eleva el nivel de azúcar en sangre y tiene un
efecto excitante, estimulante.
Al chocolate se le considera una “droga del amor” natural,
porque el organismo humano puede fabricar por sí mismo esta hormona, que libera
en mayores cantidades en estados de excitación. Otra ventaja es que la proteína
de la leche en el chocolate
proporciona exorfina, un analgésico natural, y teobromina, una sustancia
similar a la cafeína, que potencia aún más el rendimiento y estimula la
circulación.
La energía del plátano
Más proclive a preservar la silueta que el chocolate, aunque
no menos eficaz para la activa “gestión emocional” natural; veamos: los
plátanos están llenos de nutrientes y fibras y contienen muy poca grasa en
comparación con el chocolate; también son ricos en vitaminas, minerales y
oligoelementos, y proporcionan al organismo un rápido aporte de energía.
Además, los plátanos son fácilmente digeribles y pueden
reequilibrar los niveles de ácido en el organismo. Y el triptófano que
contienen ayuda a producir serotonina, la hormona de la felicidad, que tiene un
efecto calmante sobre el sistema nervioso y fomenta el pensamiento positivo y
un estado de ánimo optimista.
Estimulante piña
La piña es otro estimulante del bienestar físico, y un aliado
contra la frustración. Esta delicia llena de energía es rica en minerales y
vitaminas y contiene compuestos activos que estimulan la producción de
serotonina, generando una optimista vitalidad. Al mismo tiempo, otros
componentes calman la ansiedad y alivian la agitación nerviosa.
La vitamina C que contienen las piñas también estimula la
circulación y el metabolismo; la combinación de componentes activos fomenta la
capacidad que tiene el cuerpo de autocuración, calma los nervios y ayuda en
problemas de concentración y motivación.
Y si tomas piña por la noche, te estarás administrando una
pastilla natural para dormir: por la noche, el cerebro convierte el triptófano
en melatonina, la hormona del sueño.
El gran efecto del pimiento
Capsaicina
es el nombre de la sustancia milagrosa que combate la frustración, la ira y la
depresión. Se encuentra en el chile, y produce una ligera sensación de quemazón
en la lengua.
El cerebro percibe este calor picante como si fuera dolor, y
para contrarrestarlo responde liberando endorfinas que potencian las
sensaciones de bienestar. Este efecto se conoce en biología como el “gran
efecto del pimiento”.
Como puedes ver, quien no se consuela es porque no
quiere…Esta claro que nunca antes los fabricantes de alimentación habían
mostrado tanto interés por los alimentos que influyen en el estado de ánimo de
las personas.
Tras los productos y alimentos de belleza orientados
fundamentalmente a mejorar la forma física, los alimentos que influyen en el
estado de ánimo podrían ocupar otro nicho en el campo de productos de valor
añadido.
Y ya es evidente que los fabricantes ligan el mensaje “bueno
para el ánimo…,bueno para nosotros”.
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