Beber vino con moderación (de 2 a 7 copas a la semana) puede
asociarse a un menor riesgo de desarrollar depresión, según las conclusiones de
una investigación de la Red Predimed (Prevención mediante Dieta Mediterránea),
publicada en la revista 'BMC Medicine', una de las "más importantes"
del sector.
Los resultados del estudio sugieren que "sólo con
moderadas cantidades de alcohol, consumidas preferentemente en forma de vino,
se puede obtener un efecto protector frente a la depresión, similar al que se
ha observado para la principal enfermedad cardiovascular: la enfermedad
coronaria".
Así lo ha destacado, a través de un comunicado, el
catedrático de la Universidad de Navarra Miguel A. Martínez-González, director
de este trabajo de investigación multicéntrico.
Según ha detallado, la Red Predimed ha trabajado durante
siete años en el seguimiento de una cohorte de 5.500 bebedores con consumos
ligeros y moderados de alcohol, de entre 55 y 80 años. "Los hallazgos
mostraron una asociación inversa entre estos niveles bajos-moderados de alcohol
y la ocurrencia de nuevos casos de depresión", ha indicado
Martínez-González.
En opinión del experto, estudios previos apuntan que
consumos intensos de alcohol conducen a problemas de salud mental, como la
depresión. En cambio, "pocos han valorado la relación entre la salud
mental y un consumo bajo-moderado de alcohol". "Nuestros hallazgos
han mostrado una asociación inversa entre estos niveles bajos-moderados de
alcohol y la ocurrencia de nuevos casos de depresión", ha apuntado.
El catedrático de la Universidad de Navarra ha precisado que
los investigadores estudiaron sólo a aquellos voluntarios que, al inicio del
estudio, nunca antes habían sufrido una depresión ni habían tenido problemas
previos relacionados con el consumo de alcohol.
Factores como el consumo de alcohol, salud mental y estilo
de vida se valoraron repetidamente mediante visitas en persona, repetidas con
carácter trimestral, en las que se les realizaron exámenes médicos, entrevistas
con dietistas y una amplia variedad de cuestionarios.
Se encontró que quienes tenían la costumbre de beber
cantidades moderadas de vino (de 2 a 7 copas a la semana, sin superar una copa
al día) era menos probable que desarrollasen una depresión. Estos resultados
siguieron siendo significativos también cuando los investigadores tuvieron en
cuenta y ajustaron sus hallazgos por diversos factores sociales y de estilo de
vida como el tabaco, la dieta o el estado civil.
Martínez-González concluye que "pequeñas cantidades de
ingesta de alcohol pueden ejercer una protección de modo similar a lo que se ha
venido observando para la enfermedad coronaria". "De hecho, se piensa
que la depresión y la enfermedad coronaria comparten diversos mecanismos
causales comunes", ha explicado.
Asimismo, ha resaltado que investigaciones previas han
indicado que algunos componentes no alcohólicos del vino, como el resveratrol
y otras sustancias fenólicas, pueden tener funciones
beneficiosas en algunas áreas cerebrales
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