Cuanto más
pequeños son los testículos de un hombre, más propenso es a involucrarse en la
crianza de sus hijos. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio de la
Universidad de Emory, en Atlanta (EEUU), recién publicado por la revista
'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
Los
pequeños volúmenes testiculares tendrían conexión con una mayor actividad del
cerebro relacionada con el cuidado de los hijos. Los investigadores notaron más
actividad cerebral cuando estos hombres miraban las fotos de sus niños.
"Nuestros datos indican que la biología del humano masculino refleja una
transacción entre lo que es más importante para el apareamiento y lo que
inclina más hacia la crianza", señaló el antropólogo James Rilling, quien
dirigió la investigación.
El estudio se
propuso determinar por qué algunos padres invierten más tiempo, esfuerzo y
atención que otros en la crianza de los hijos.
"Es
una cuestión importante porque otros estudios han demostrado que los niños y
niñas cuyos padres están más involucrados en la crianza tienen mejor desempeño
social, psicológico y educativo", agregó Rilling.
Si bien los
factores sociales, económicos y culturales pueden afectar el desempeño de los
padres en la crianza de sus hijos, los investigadores buscaron factores
biológicos.
Se sabe que
los niveles más bajos de testosterona están correlacionados con una mayor
participación en la crianza, y que los niveles más altos de esa hormona
pronostican más divorcio y poligamia. Además de la producción de testosterona,
los testículos producen esperma y el tamaño de los testículos está más
vinculado con la cantidad y calidad del esperma que con los niveles de la
hormona.
Entrevistas
vs. actividad cerebral
Los
investigadores entrevistaron a setenta padres biológicos de niños y niñas de
entre uno y dos años, que vivían con la criatura y su madre biológica. Las
entrevistas fueron realizadas por separado, para determinar el grado de
participación de padre y madre en tareas como la alimentación, el baño y el
cuidado de los pequeños cuando están enfermos.
A los
hombres se les calculó su nivel de testosterona, y mediante una imagen
funcional por resonancia magnética (MRI) se les midió el volumen
testicular y la actividad cerebral cuando observaban fotos de sus hijos
con expresiones de alegría, tristeza y neutralidad.
Las
conclusiones mostraron que tanto los niveles de testosterona como el
tamaño de los testículos están inversamente relacionadoscon el grado de cuidado
paternal directo del cual habían dado cuenta los hombres y las mujeres en las
entrevistas.
Los
autores señalaron que en los últimos cincuenta años el número de mujeres que
crían a sus hijos por su cuenta ha crecido sustancialmente en Estados Unidos y
que, aunque hay muchos más hogares sin padre presente, en aquellos en los
cuales el padre convive con su mujer e hijos éste tiende a estar más
involucrado en la crianza que los padres del pasado
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