Los futbolistas de élite tienen habilidades físicas
excepcionales, ¿tienen también habilidades cognitivas excepcionales? Los
estudios neuroanatómicos del encéfalo de los jugadores profesionales de deportes
de equipo (como el fútbol) han mostrado que ciertas zonas de la corteza del
cerebro tienen mayor volumen de lo normal. Normalmente, estas áreas están
relacionados con el entrenamiento físico, pero destaca una región concreta, el
surco temporal superior (que se encuentra en la corteza del cerebro más o menos
a la altura de la parte superior del lóbulo de la oreja). El surco temporal
superior está relacionado con los movimientos que tienen significado
social y que nos permiten realizar hipótesis acerca de las intenciones de otras
personas. Por ejemplo, el movimiento de los ojos de una persona nos informa
hacia adonde mira y qué es lo que quiere hacer o qué es lo piensa. El
movimiento de la boca al hablar o los movimientos de las manos nos dan mucha
información sobre lo que dice una persona. A los jugadores de fútbol el surco
temporal superior les sirve para prever el movimiento de los demás jugadores
del equipo y anticipar las jugadas que van a hacer. Por eso lo tienen muy
desarrollado. En neuropsicología se le suele llamar cognición social.
¿Estas habilidades cognitivas permiten diferenciar
entre, pongamos, futbolistas de primera y de tercera división? Lo
sorprendente para muchos expertos es que no hay grandes diferencias
neuroanatómicas entre deportistas profesionales de élite y los demás, eso sí, a
igualdad en edad y años de entrenamiento. Sin embargo, un nuevo estudio
publicado esta semana ha encontrado una diferencia entre las habilidades de
aprendizaje rápido de tareas complejas e impredecibles en entornos visuales
dinámicos. La doctora Jocelyn Faubert, del Laboratorio de Psicofísica y
Percepción Visual de la Universidad de Montreal, en Canadá, ha sometido a un
test de aprendizaje visual a 308 personas con una media de 24 años de edad: 102
deportistas de élite, 173 deportistas de ligas universitarias y 33
universitarios que no son deportistas. Entre los jugadores de élite había 51
jugadores de fútbol de la Primera División de la Liga británica, 21 jugadores
de Hockey sobre hielo de la Liga canadiense, y 30 jugadores de rugby de la Liga
francesa. Estudios previos indican que no hay diferencias en estos tests entre
los deportistas de diferentes deportes de equipo. Luego los resultados
obtenidos con 102 deportistas de élite son similares a los que se hubieran
obtenido con 102 futbolistas de primera división.
El artículo técnico es Jocelyn Faubert,
“Professional athletes have extraordinary skills for rapidly learning complex
and neutral dynamic visual scenes,” Scientific Reports 3: 1154, 31 Jan 2013.
¿En qué ha consistido la prueba cognitiva que se ha
realizado a los deportistas? A cada deportista se le han puesto unas gafas
de realidad virtual que muestran ocho esferas del mismo color que se mueven en
un volumen tridimensional. Al principio, cuatro de las ocho esferas cambian de
color durante un momento y luego recuperan el color original. Durante ocho
segundos, las ocho esferas se mueven en tres dimensiones con una trayectoria
aleatoria y con varios cruces de trayectorias. Tras los ocho segundos, se paran
las esferas y los deportistas tienen que identificar dónde están las cuatro
esferas que cambiaron de color. Tras ello se les dice cual es la respuesta
correcta como refuerzo de su aprendizaje de la tarea. Se repitió el experimento
15 veces con cada persona durante un mínimo de 5 días. Al repetir la tarea,
todos los sujetos mejoraron su puntuación en el test gracias al aprendizaje.
Sin embargo, los deportistas de élite realizaron la tarea mejor desde el primer
momento y aprendieron más rápido conforme el experimento avanzaba. Los
deportistas amateurs en el primer momento se comportaron como los no
deportistas, pero luego aprendieron la tarea más rápido que ellos. Pero siempre
mucho menos rápido que los deportistas de élite.
¿Son innatas estas habilidades o se adquieren con los
años de entrenamiento? El estudio de la doctora Faubert no permite
saber si los futbolistas de élite tienen esta habilidad de forma innata, o la
adquieren con el entrenamiento. Tampoco se sabe si influye en que un deportista
llegue a la élite gracias a adquirir esta habilidad o si la desarrolla más
tarde. Para saber estas cosas habría que repetir esta prueba en estudios con
jóvenes futuros futbolistas y realizar un seguimiento durante muchos años.
Supongo que en los próximos años se harán otras pruebas similares que irán
mejorando nuestro conocimiento sobre las habilidades cognitivas de las
estrellas del balón y de otros deportes de equipo.
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