Un equipo
de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y
de las universidades de Oxford y Londres (Reino Unido) ha logrado desarrollar
un modelo de 'nanocápsulas' de carbono con un compuesto radiactivo en su
interior que podría ser útil para el tratamiento de tumores.
El hallazgo, publicado en el último número de la revista 'Nature Materials',
permitiría la administración concentrada de una densidad de radiodosis "sin
precedentes" contra el tumor, además de obtener imágenes
"ultrasensibles" del organismo de forma no invasiva, informa el CSIC
en un comunicado.
Hasta el momento, la comunidad científica había conseguido introducir
materiales radiactivos en el interior de 'nanotubos' de carbono, pero no formar
'nanocápsulas' de las que este material no pudiera escapar. Según los autores
del estudio, éste es uno de los principales resultados de la investigación, ya
que "en tratamientos basados en radiación no es necesario que el elemento
radiactivo esté en contacto directo con el órgano tratado, sino que éste sea
radiado".
"Al tener el material radiactivo completamente sellado en el interior de
las 'nanocápsulas' evitamos que se dirija a los órganos con los que tiene mayor
afinidad y podemos redirigirlo hacia otros", concreta uno de los
directores del estudio, Gerard Tobías, del Instituto de Ciencia de Materiales
de Barcelona (CSIC).
En concreto, el equipo hispano-británico ha desarrollado 'nanocápsulas'
rellenas de ioduro, un radiactivo extensamente utilizado para el tratamiento de
cáncer de tiroides, dada la gran afinidad que presenta hacia este órgano. En el
exterior de cada 'nanotubo' han anclado hidratos de carbono (azúcares derivados
de la glucosa) para mejorar su dispersión en agua o derivados, algo que los
hace compatibles para su administración en seres vivos.
IMÁGENES
"ULTRASENSIBLES"
"Los estudios farmacológicos realizados con las 'nanocápsulas' sobre
modelos animales indicaron que éstas presentan un elevada estabilidad sin
pérdida de material radiactivo del interior de los 'nanotubos', lo que permite
una adquisición no invasiva de imágenes ultrasensibles y la administración
concentrada de radiación con una densidad sin precedentes", explica
Tobías.
Según detalla este investigador del CSIC, en las pruebas realizadas, las
'nanocápsulas' se acumularon en los pulmones de los animales estudiados. Así,
el resultado confirma que el uso de estas 'nanocápsulas' permite alterar"por
completo" la distribución del ioduro radiactivo en el organismo, ya
que no se detectó su presencia en la glándula tiroides, indica el estudio.
"El siguiente paso de la investigación es intervenir los 'nanotubos' para
lograr que se acumulen en un destino deseado. La creencia es que, modificando
las propiedades físico-químicas de estas nanocápsulas, será posible",
concluye Tobías.
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